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Posted on Thu, Jan. 06, 2005

Tres hijos adoptivos llenan un hogar de felicidad




El Nuevo Herald

Hace 12 años hoy, la educadora cubanoamericana Ana Monnar celebró por primera vez junto a su esposo, Octavio, la llegada a su casa de tres nuevos ''inquilinos'': Anna Lee, Alberto Lee y Alex, todos con menos de 15 meses de edad. Como simbólicos Reyes Magos, habían llegado inesperadamente al hogar de los Monnar unos meses antes gracias a la vocación de padres adoptivos de la pareja.

''Si Dios me regalara en este día la oportunidad de tener los hijos biológicos que siempre busqué, preferiría quedarme con los que adopté'', sostiene Ana, de 50 años, al referirse a los pequeños que recibió fortuitamente en 1992, luego de 10 años de intentos vanos de la pareja para tener hijos. ''Fue poco después de que comenzamos a buscar la forma de adoptar un niño'', recuerda Ana.

Luego de desechar una compleja adopción en el extranjero y la falta de garantías con un abogado privado, los Monnar se inscribieron como voluntarios en Children's Home Society de Miami (CHSM), una organización de apoyo a personas que desean adoptar.

Después de tomar un entrenamiento en el Departamento de Niños y Familias (DFC) de Miami-Dade y de recibir licencia como padres adoptivos, tuvieron su primera sorpresa en febrero de 1992, cuando llegaron al CHSM dos niños de poco más de un año de edad que necesitaban urgente protección.

Los bebés, el mayor de ellos nacido en Michigan y el otro en Miami, rápidamente encontraron un lecho apropiado y comida caliente en la casa de los Monnar. ''Inmediatamente nos robaron el corazón'', rememora Ana.

Siete meses después, la familia tuvo que abrir espacio para acomodar al tercer ''rey'' visitante, Anna Lee, una niñita de 14 meses nacida en Nueva York que vivía en un refugio destruido por el huracán Andrew.

''Anna había llegado por dos semanas, pero esas semanas se convirtieron en meses y años, y al cabo de cuatro años, fue la primera que adoptamos'', recuerda Monnar con un brillo especial en los ojos.

La feliz madre dice que, según recomiendan los especialistas, nunca les ha ocultado a sus hijos la verdad sobre su origen.

''Siempre fui sincera y desde pequeños muy naturalmente les decía: Dios ha sido tan bueno conmigo que me ha dado tres niños adoptados'', reflexiona.

''Tener estos niños con nosotros ha sido una tremenda bendición para nuestra familia'', afirma Ana sin poder contener una sonrisa.

Ahora, con 14 años y rodeada de trofeos que ha ganado como bailarina y deportista, Anna Lee le devuelve el gesto: ``Me siento feliz porque tengo una madre que es muy buena y una familia que me quiere''.

''Es la persona más linda que conozco, porque me oye mucho'', añade Alberto Lee, también de 14 años, un laureado atleta a pesar de su corta edad.

''La quiero mucho'', dice simplemente Alex, de 13 años, de carácter más reservado y entusiasta basquetbolista.

''La llegada de estos niños fue una agradable sorpresa para la familia'', comenta Patricia Williams, hermana menor de la educadora y también feliz madre adoptiva.

''Son unos cubanazos'', tercia la orgullosa madre. ``Adoran el arroz con frijoles y el lechón''.

La vida de los Monnar dio un giro dramático hace dos años, cuando al patriarca, Octavio, de 80 años, se le agravó el mal de Alzheimer que venía sufriendo calladamente.

''Fue un golpe para la familia que hemos aceptado con resignación'', dice Ana.

Desde entonces, la docente dio rienda suelta a su otra vocación, la de escribir. Utilizando a sus hijos como motivo central, Ana ha publicado ya más de media docena de libros de poemas y reflexiones sobre lo que ha significado para ella su experiencia de adoptar.

Varios de estos libros, como ¿Adopción? Gracias a Dios por la adopción o La ley del embudo, una colección de reflexiones sencillas con dibujos de su hija Anna Lee, se venden regularmente en Amazon.com y en cadenas como Barnes and Noble.

''No me imagino la vida sin ellos'', acota Ana. ``La única diferencia es que no los parí, pero por lo demás me siento su madre en todo el sentido de la palabra''.

ocasto@herald.com